Señalan los expertos que es fundamental considerar que una vez pagado el último dividendo es necesario contratar un nuevo seguro. También, es importante saber de qué manera hay que hacerlo efectivo.
Felipe Álamos Los seguros de incendio son un elemento clave para la protección de una vivienda, más si se tienen en cuenta recientes siniestros ocurridos en la capital.
Diego Illanes, gerente de siniestros de Unnio Compañía de Seguros explica que los créditos hipotecarios incluyen un seguro de incendio, pero advierte que una vez que se paga el último dividendo, dicho seguro deja de cubrirnos, por lo que es necesario contratar uno nuevo. Si no se hace, la vivienda queda desprotegida.
“De todo esto debemos estar conscientes antes de que este siniestro ocurra, principalmente si nuestra vivienda tiene muchos años y ya está pagada por completo, el seguro del hipotecario ya no nos estará cubriendo”, señala el ejecutivo.
Responsabilidad del dueño
Sobre quién debe cubrir los daños en el caso de un incendio que afecta a varias viviendas, el experto explica que, en el caso de que el siniestro comenzara en un departamento, los dueños de este tendrán que activar su seguro y cubrir los costos de reparación.
A su vez, si el fuego se propaga y afecta a otras propiedades, las posibilidades para dichas viviendas, indica Diego Illanes, son: 1) Existe un seguro de responsabilidad civil asociado al de incendio, en la vivienda en la que se inició el fuego. En este caso, dicho seguro cubrirá los daños de otros, siempre y cuando exista una resolución judicial que así lo indique. 2) Que cada departamento utilice el propio seguro para cubrir sus daños. 3) Si el incendio se inicia en una zona común, se debe activar el seguro para zonas comunes, con lo que se cubrirán los gastos.
Varias coberturas
Los expertos de Unnio detallan que en general este tipo de seguros cubren los incendios y daños materiales que sufran los bienes asegurados como consecuencia directa e inmediata de erupción volcánica, salida de mar, inundación, huracán, ciclón, avalanchas, aluvión o deslizamiento producidas o desencadenadas por fenómenos de la naturaleza y cualquier otra convulsión de la naturaleza o perturbación atmosférica, a excepción de rayo.
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